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Mucho se ha dicho
y se ha debatido sobre el tema de la dualidad monetaria en Cuba y sus efectos
en la economía cubana. Aún así, es un tema difícil de entender por los no
especialistas. A decir verdad, es un asunto complicado para los economistas, y
se sabe que los economistas, por regla general, no sabemos explicar la
economía, y ahí seguimos en el círculo vicioso de la incomprensión.
No me voy a
referir a los efectos financieros de la unificación monetaria a nivel
empresarial, porque eso lleva análisis que sobrepasan la intención de este
post. Solo apuntaré que la tasa de cambio que rige en las empresas es una tasa
de cambio artificial y que luego de la unificación, muchas de ellas, en la
actualidad operando con un margen de beneficios importante gracias al tipo de
cambio, muy posiblemente se encontrarán operando en números rojos o con un
margen de utilidad muy bajo.
Sin embargo, a lo
que deseo referirme es al efecto sicológico o de percepción en el pueblo, algo
que no siento que se estudia o analiza en nuestro país lo suficiente en el
momento de trazar políticas públicas. Se ha hablado mucho del impacto “real” de
la reunificación, pero apenas nada del efecto percibido. Ese subyace bajo la
realidad y la afecta. A fin de cuentas, todos tomamos decisiones basados en
nuestra percepción de la situación y no de cómo es en realidad.
Hay un efecto
disfrazado en el tipo de cambio y que será visible muy pronto. Muchos cubanos con
los que he conversado afirman que es lo mismo dejar o quitar el CUC, porque en
definitiva ya estamos pagando la tasa de 25 X 1 en nuestras transacciones
diarias. Sin embargo, hay un componente sicológico vital en nuestras decisiones
de compra. Cuando creemos que estamos siendo racionales, nuestro cerebro está
siguiendo atajos para proponer soluciones no necesariamente óptimas. Con ello,
lo que quiero decir es que cuando los precios cambien totalmente de cuc a cup,
y solo tengamos etiquetas que muestren que un pantalón vale 500 cup, y no 20 cuc, o que un short vale 300 cup y no 12 cuc, o que la leche en polvo ya no se
adquiere a un precio aproximado de 5 cuc, sino a 125 cup, percibiremos la
realidad de una forma nueva, aunque nos resistamos a admitirlo. Si hoy sabemos
que la vida en Cuba es desproporcionalmente cara, en ese momento, será
carísima. Los precios no tienen que cambiar. Nuestra percepción lo hará y con
ello, se pueden adelantar algunas consecuencias. La más obvia es que en los
primeros tiempos, puede reducirse la venta de productos no imprescindibles. No
importa que los precios ya se expresen en ambas monedas. El hecho de verlos en
CUC aún, provoca una sensación subliminal de “no es tan caro” o de “es pagable”.
Por otro lado, ¿se
mantendrán las estimulaciones, que ahora son en “divisas” en las empresas que
tienen incorporado ese sistema? ¿Alguien se imagina las cartas de los
restaurantes expresadas ahora en MN? ¿300 cup por un plato? También van a
disminuir los clientes en los primeros tiempos, hasta que “sicológicamente” nos
adaptemos a los nuevos cambios. Y cuando solo sea el cup, ¿en serio creemos que
el cambio con respecto al dólar es de 25 vs 1? Pero esa pregunta solo podrá ser
respondida por el tiempo.
A ello hay que
sumar el efecto positivo de tener una moneda “fuerte” en términos también
sicológicos. Ciertamente brinda más seguridad invertir o hacer turismo en un país con una
moneda resistente frente al dólar u otras divisas internacionales, aunque solo
sea una apariencia.
En adición a eso,
me pregunto: ¿se mantendrán precios diferenciados para turistas y cubanos en
teatros, por ejemplo, donde los nacionales pagamos de 10 a 30 cup por una
entrada y los extranjeros tiene que pagar entre 10 y 30 cuc? Si la respuesta es
no, ¿se ha contemplado el impacto en la disminución de ingresos en divisas en
el país? Si la respuesta es afirmativa, ¿se ha contemplado el efecto sicológico
de la diferenciación? No tengo evidencias, pero creo que no es una práctica común
internacional establecer precios diferenciados para turistas y nacionales para
museos, instituciones o lugares históricos.
¿Cuánto dinero
hará falta para comprar una casa? ¿La pagaremos en euros? ¿En libras
esterlinas? ¿Y los carros? No me burlo, hablo muy en serio. Tendremos que usar
notación decimal para expresar algunos precios, hasta los de la cebolla, muy
pronto.
Yo apoyo la
unificación monetaria, pero mi punto es que debe venir con un ajuste de la
política de precios, o lo que es lo mismo, con el establecimiento de una
verdadera política de precios. Lo de fijar un margen único que funciona lo
mismo para la leche en polvo que para un jean desafía la lógica económica y
financiera. Pero de precios ya hemos hablado. Y muy en serio.
Me gustó mucho el análisis Tamarys. Solo que a veces estas cosas yo las creo por gusto. Cuba me parece un lugar que no existe e irreal. A los que mandan en este Macondo no les importa nada de eso, no tienen que comprar ni en euros ni en libras esterlinas y si compran lo hacen sin mirar precio...por tanto...
ResponderEliminarDuele, y ojalá e piense en eso, cuando seamos un país de verdad !
Estoy completamente de acuerdo contigo, y me encanta que lo digas, porque esa es mi mayor preocupación con Cuba siempre. ¿Cuánto se analiza a la hora de trazar políticas en Cuba? A veces tengo la percepción de que, o se hacen estudios muy limitados, o simplemente el impacto social es ignorado. Cualquiera de los dos es grave. Gracias por tu comentario!
Eliminarte estoy siguiendo, si sigues asi en unos pocos años me buelvo millonario, gracias por tan buenos analicis y un beso grande, tu amiguito D´sofia
EliminarMi deseo es que algún día, no muy lejano, gobierno y ciencia en Cuba anden de la mano, como enamorados de una verdadera prosperidad y felicidad para todos los cubanos que amamos y sufrimos Cuba. Gracias, Tamy, por traer un poco de sentido común a estos temas.
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